El edificio, que no había recibido ninguna actuación desde su origen, presentaba una distribución muy compartimentada que generaba espacios oscuros y dificultava una experiencia interior fluida y confortable.
A pesar de tratarse de un solar de solo 50 m², la reforma integral consigue una organización clara, generosa y sorprendentemente amplia. El objetivo principal ha sido aportar luz, continuidad y calidad espacial en cada planta, potenciando al máximo la relación con las vistas y el carácter propio de la casa de pueblo.
La planta baja se destina a los usos de día y se abre todo lo posible para favorecer una experiencia luminosa y continua. En la primera planta se disponen los dormitorios y los baños, concebidos como espacios confortables y llenos de luz natural, con ventanas que se abren a vistas despejadas y profundas. La segunda planta alberga un espacio polivalente, flexible y cambiante, que se vincula directamente con la gran terraza: un lugar privilegiado para disfrutar del exterior y del paisaje que rodea la vivienda.
Esta reforma convierte una estructura antigua y fragmentada en una casa contemporánea, luminosa y llena de carácter, sin perder la esencia de las casas de pueblo de la Costa Brava, pero adaptada a las necesidades actuales y al privilegio de su entorno.
